20110228

Hierro

El Santo agonizante tiembla.
Infinito y desquiciante pavor:
darte cuenta de algunas cosas
cuando ya no hay vuelta atrás.

Declaración de principios


No imaginen estas líneas como si
de un discurso solemne se tratase.

Sólo son susurros secos
fuera de contexto vulgar.

Palabras brutas sin
terminar de pronunciar.

Trozos dulces de cerezas
que alimentan mi torpeza.

Restos de pesados buques
que tiempo ha atacaban
sin piedad con armas
cargadas de ausencia.

Una nota que viene y va
conspirando con simpatía
y que se pierde sin encontrar
la insana y codiciada armonía.

Retazos de sol que matan a
idiotas carentes de ilusión.

Columnas donde se apoyan
los rechazados por el valor.

Bestias incomprendidas
que solo quieren respirar.

No imaginen nada,
ya que, claramente,
nos veríamos comprometidos.