20110828

El barrido oceánico

Una vez asimilada
la causa final,
el momento se nos abre
de par en par,
y sólo si sabes jugar
podrás seguir
la línea de sal
y llegar así al refugio.

Estás aquí de casualidad.
No temas esos comportamientos
carentes de uniformidad
que surgen de los restos
de ese maldito cadáver marino.

Cuando el barrido oceánico
tenga lugar, será el mar
el que pinte el cielo.

20110825

Monarchy Of Roses


20110815

Hoy han dicho en la tele
que han muerto tres mujeres
y que han sido ellos;

que un hombre bomba entró en un bar
dispuesto a dialogar
con sus muertos;

que bombardean una ciudad,
y algo ha salido mal.
Por supuesto.

Robe Iniesta

Encuentros entre cielos pintados


En una senda aérea añil me encontré con tu voz que me tocaba y me calentaba y me hacía sentir culpable. Iba a llegar tarde, sí, pero merecía la pena.
Pasaban de largo las nubes, ocupadas, cargadas de agua para calmar la sed de muchos, que no la nuestra, que bien la calmamos mutuamente.
Y me encontraré con tu mirada, que es ese prado con florecillas rojas disimuladas, y tú descubrirás este amasijo de sentidos y emociones,  y, con un poco de suerte, te quedarás, y por supuesto, mis defectos y yo también.

20110812

Un soleado domingo del 97

No importa cuantas veces caiga la luna.
Simplemente disfruta de la melodía
que surge de esa cabeza llena de nieve
que no sabe nada de cantar,
que difunde un conformismo invisible,
arraigado a él como esa flor
que no puedes arrancar.

Avanza sin mirar atrás
y arremete contra la voluntad
de los que desde arriba
lo quieren controlar.
Pero él sabe luchar,
pero él sabe escapar,
sabe a miel, a queso
y también a libertad.

Él sabe esperar, sabe callar,
sabe que todo se puede ir a la mierda
si le piden un poco más.
Yo, le pido lo justo,
tú, le das ganas de respirar
y entre nosotros y ellos,
formamos una desconocida y azul sociedad.

20110805

2009

Se dora, al mediodía,
el césped de tu jardín,
que pisa tus pies vestidos
sobre tu cuerpo desnudo,
al que no le afecta el sol,
el que sigue tan pálido
como enero,
el que tanto me pone.

Entras, solitaria,
en tu casa de puertas blancas,
dejando detrás una estela de olor
para mi lado salvaje.
Antes de entrar, me arrodillo,
y rezo por que al salir
todo siga igual.

Entonces entro, y salgo,
y entro por otra puerta,
y vuelo a salir,
y suena esa canción
que tanto nos hace sudar,
y aceleras, y no aguanto,
y exploto.

Se acaba el disco, y me voy,
y veo que todo sigue como antes,
para lo bueno y para lo malo.