20110815

Encuentros entre cielos pintados


En una senda aérea añil me encontré con tu voz que me tocaba y me calentaba y me hacía sentir culpable. Iba a llegar tarde, sí, pero merecía la pena.
Pasaban de largo las nubes, ocupadas, cargadas de agua para calmar la sed de muchos, que no la nuestra, que bien la calmamos mutuamente.
Y me encontraré con tu mirada, que es ese prado con florecillas rojas disimuladas, y tú descubrirás este amasijo de sentidos y emociones,  y, con un poco de suerte, te quedarás, y por supuesto, mis defectos y yo también.