20110812

Un soleado domingo del 97

No importa cuantas veces caiga la luna.
Simplemente disfruta de la melodía
que surge de esa cabeza llena de nieve
que no sabe nada de cantar,
que difunde un conformismo invisible,
arraigado a él como esa flor
que no puedes arrancar.

Avanza sin mirar atrás
y arremete contra la voluntad
de los que desde arriba
lo quieren controlar.
Pero él sabe luchar,
pero él sabe escapar,
sabe a miel, a queso
y también a libertad.

Él sabe esperar, sabe callar,
sabe que todo se puede ir a la mierda
si le piden un poco más.
Yo, le pido lo justo,
tú, le das ganas de respirar
y entre nosotros y ellos,
formamos una desconocida y azul sociedad.