20110913

Cambio brusco de temperatura

Se levanta, se sienta y ya no es verano.
Abre el períodico gratuito
y lee noticias del día anterior.
Han matado a un líder islamista,
su cadáver ya está en descomposición.

Le gusta vivir atrasado,
pero a menudo recuerda
que ya no es verano
y que ella ya no está ahí.

Se dirige a la panadería,
con la ducha del día de ayer,
pide pan para mañana,
y se marcha sin despedirse
de la panadera de acento cordobés,
o quizá granaino. Qué más da.

Llega a casa y es otoño,
y recuerda que el verano pasó,
y todo lo que septiembre le arrebató.

Un plato de lentejas un mediodía
de julio siempre le agobiaba,
ahora el imbécil sin duda mataría
por comer su comida caliente.

Repite un ciclo de rutinas,
hasta que dan las cinco en el reloj;
Se acuesta, y se tapa hasta arriba,
pues sabe que ya el verano acabó.

Termina su siesta y friega los platos
apilados del día anterior,
mientras el techo cruje cada vez más.

Se imagina su vida
como un sistema planetario
lleno de planetas azules
y que carece de Sol.

Repite un ciclo de rutinas,
hasta que llega al final del reloj;
Se acuesta, y se tapa hasta arriba,
pues sabe que ya el verano acabó.