Seis cajas para seis trozos, del resto
que se encarguen el impacto y el asfalto.
La decadencia siempre está de por medio.
Una mano amiga, un disparo certero,
un problema menos.
Se escurrió la noche entre las casas celestes.
La amenaza se esfumó rompiendo espejos a su paso,
sólo los supersticiosos se suicidaron.
Cádiz, muéstrame este nuevo nacimiento.