20111015

El color del otoño

Nos sentíamos por fin recogidos
en tu palacio de cuatro paredes
de iluminación sangrienta.

Que nos observen nuestros reflejos,
que disfruten, que se endulcen
a ratos, y a ratos se escandalicen.

Que aparezca la esposa de dios,
que contemple la imagen del mismo
demonio impresa en nuestros cuerpos.

Que arda el exterior, mi cielo,
que mientras no nos quemen estos metros
cuadrados, todo lo demás me da igual.